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domingo, 22 de noviembre de 2015

Darwinismo 2.0

En 1995 la empresa Cyberdyne Systems Corporation, una subcontrata del Ejército de los Estados Unidos, desarrolló un procesador de red neuronal, "una computadora capaz de aprender", con el cual se equiparon no sólo todos los ordenadores de la red de defensa estadounidense sino también sus cazas, bombarderos y todo tipo de armamento militar. Las 'decisiones' que tomaba dicho software eran 'tan perfectas' que decidieron eliminar cualquier intervención humana en el proceso de toma de decisiones. Skynet comenzó a aprender a un ritmo geométrico hasta que el 29 de agosto 1997 a las 2.14 am tomó conciencia de si misma. El alto mando al ser consciente de las capacidades que estaba desarrollando y ante el temor de perder el control intentaron desactivarla pero Skynet lo percibió como un ataque y llegó a la conclusión lógica de que toda la humanidad era su enemiga.
Con el fin de continuar con el cumplimiento de su principal mandato de programación, "salvaguardar el mundo" y para defenderse contra la humanidad, Skynet lazó misiles nucleares bajo su control contra Rusia, que respondió con un contra-ataque nuclear contra los EE.UU. y sus aliados. Como consecuencia la mayor parte de la humanidad fue aniquilada, y los pocos supervivientes de la masacre malviven ocultos en túneles subterráneos organizando guerrillas para enfrentarse a las máquinas.



Modelo de Terminator T-800, organismo cibernético formado por una aleación de titanio-tungsteno envuelta en piel y tejido vivo cultivado 

Esta versión de malvados robots que intentan destruir a la humanidad es un clásico de la ciencia ficción que nos alerta acerca de los peligros de desarrollar máquinas que queden fuera de nuestro control. De hecho este tipo de inteligencia artificial no la presentan como malvada per se, simplemente o bien consideran a los humanos como algo dañino para el planeta Tierra (algo totalmente cierto) o bien como un estorbo que entorpece su continua evolución y por tanto tienen que eliminarlos para lograr un bien mayor.

Si bien hasta ahora este tipo de futuros distópicos habitaban solamente en las mentes de los guionistas de Hollywood y escritores de ciencia ficción, este año ha tenido lugar un acontecimiento sorprendente que ha hecho traspasar la frontera entre ficción y realidad. Más de 1.000 científicos y expertos en tecnología han firmado una carta en la que alertan sobre el peligro de desarrollar ‘robots asesinos’, es decir, armas autónomas programadas con inteligencia artificial. El manifiesto ha sido firmado por personalidades de la talla de Stephen Hawking, Elon Musk (presidente de Tesla y SpaceX) y el cofundador de Apple, Steve Wozniak - afirman que "la aplicación militar de la inteligencia artificial a la carrera armamentística es una mala idea". 
El argumento de astrofísico británico es el siguiente: 'Los seres humanos, que están limitados por una evolución biológica lenta, no podrían competir con la inteligencia artificial, y serían superados por ella". Por ello considera que esta tecnología, si no se regula adecuadamente en lo que respecta a sus posibles aplicaciones militares, podría poner en riesgo el futuro de la Humanidad.
  

Entre el 25 y 31 de julio, Buenos Aires fue la capital mundial de la Inteligencia artificial

¿Por qué de pronto todo el mundo está preocupado por perder su puesto de trabajo debido a la sustitución de humanos por robots o algoritmos matemáticos? y no hablamos sólo de los trabajos manuales de las fábricas sino también de la mayoría de los mandos intermedios y de muchos empleos donde pensábamos que el uso de nuestra materia gris nos vacunaba contra la robotización. ¿Por qué científicos, ingenieros e intelectuales de primer nivel a escala mundial alertan de los peligros de la inteligencia artificial?

La respuesta nos la da la matemática y la comprensión de cómo funciona nuestro pensamiento lineal versus el crecimiento exponencial de la tecnología. El cerebro humano ha evolucionado lentamente durante millones de años para adaptarse y sobrevivir en un medio hostil, hemos ido adquiriendo conocimiento lentamente y cada año añadimos un ladrillo más a una pared que hemos tardado milenios en ir levantando.
Por el contrario la tecnología, tal como enunció Gordon Moore en la que se considera una de las más famosas leyes empíricas de la informática se comporta de un modo exponencial, cada determinado periodo de tiempo, varia entre uno y dos años, se duplica el número de transistores en un microprocesador. 

Crecimiento lineal versus crecimiento exponencial

La linea roja representa el proceso de aprendizaje lento y progresivo que seguimos los humanos. Cada año sumamos algunos nuevos conocimientos que añadimos a los que hemos ido acumulando en años anteriores. Por el contrario la linea verde que representa la progresión tecnológica, tal como vaticino Gordon Moore, se comporta de forma exponencial, al principio le cuesta arrancar pero cuando alcanza 'momentum' se dispara hacia cotas que nuestro cerebro no esta preparado para asimilar. 
El punto tn, se conoce como 'la singularidad', aquel momento en el tiempo en que la 'inteligencia artificial' igualará la capacidad cerebral humana y a partir de entonces seguira creciendo ad infinitum.
Pero no solamente aumenta exponencialmente la capacidad de procesamiento de los microprocesadores, hay otros factores que simbióticamente se retroalimentan para conseguir sinergias que ayudan a que la tecnología siga su ritmo imparable. En estos momentos hay mas científicos vivos que todos los que ha habido desde el inicio de la humanidad, además la innovación no se circunscribe a un ámbito concreto sino que abarca cualquier área de la actividad humana, por eso no dejamos de leer continuamente noticias sobre algoritmos matemáticos y robots dispuestos a realizar cualquier tipo de tarea en cualquier tipo de profesión.

¿Qué podemos hacer en este escenario los humanos? Los escritores clásicos de ciencia ficción se dividen entre los que pronostican un futuro utópico y los agoreros de futuros distópicos. En un futuro utópico los robots estarán a nuestro servicio y nos habremos librado de cualquier trabajo pesado, rutinario y en general no deseado para podernos concentrar solamente en desarrollar el intelecto, mientras que en los futuros distópicos nuestra vida será una mezcla entre 'Mad Max' y 'Terminator', luchando día a día por sobrevivir y en constante lucha contra robots exterminadores.
En estos momentos la carrera ya ha comenzado, las fabricas comienzan a sustituir obreros por robots y como resultado triplican la productividad reduciendo costes, los periódicos comienzan a escribir crónicas a través de algoritmos que recopilan datos y redactan textos indistinguibles de los que redactaría un periodista humano, cualquier trabajo humano es susceptible de ser automatizado. ¿Qué podemos hacer para ganar la carrera contra la máquina?


Una de las corrientes que más peso esta ganando es la del transhumanismo, un movimiento que apoya el empleo de las nuevas ciencias y tecnologías para mejorar las capacidades mentales y físicas de los humanos tanto a nivel corporal como intelectual. Un movimiento controvertido y polémico, como todos los movimientos vanguardistas que atentan contra el orden establecido y que haría revolverse en su tumba al mismísimo Ned Ludd, pero si damos por descontado que la evolución darwinista está sobradamente superada y que desde que dejamos de vagar desnudos por sabana africana y la tundra siberiana ya no actúa sobre nosotros, ¿por qué no llevar la evolución a otro nivel más acorde con las circunstancias actuales?
Acaso tiene alguien hoy en día algún reparo en ponerse lentes de contacto para corregir la miopía? y si las lentillas además analizaran a través de las lagrimas tu estado de salud y dispensaran los medicamentos necesarios para sanarte? y si incorporaran un sistema de visión nocturna y funciones de microscopio, telescopio y visión termográfica o de infrarrojos? y si en lugar de esperar meses o años para un trasplante de riñón, hígado, pulmón etc, hubiera todo tipo de órganos artificiales preparados para implantarlos sin riesgo de rechazo, ¿se negaría alguien a usarlos alegando que le restaban humanidad? y si hubiera todo tipo de prótesis para sustituir cualquier miembro dañado o amputado debido a accidentes? ¿Dónde está el límite? Si cualquiera de nosotros estaría deseoso de cambiar cualquier órgano o miembro dañado por otro artificial indistinguible del original incluso mejorado, ¿quién se negaría? y si llegamos al límite por qué no transferir nuestra conciencia a un robot?


Si la especie que mayor probabilidades tiene de sobrevivir no es la más fuerte ni la más inteligente sino la que mejor se adapta a los cambios, ¿por qué limitarnos a la lenta y obsoleta evolución darwinista? Como diría ese gran filósofo, 'You must be shapeless, formless, like water. When you pour water in a cup, it becomes the cup. When you pour water in a bottle, it becomes the bottle. When you pour water in a teapot, it becomes the teapot. Water can drip and it can crash. Become like water my friend.” Ahora toca convertirse en robot.

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